Son numerosas las consecuencias que se generan
por la adicción al cigarrillo en cuestiones de salud; pero el fumar no implica
para todos un daño, o al menos no para los vendedores ambulantes, son ellos los
que verdaderamente le sacan provecho al tabaquismo. Pero su faena ha comenzado a
presentar traspiés por la ley 1335 de 2009 que el Congreso de la República
aprobó.
Don Julio manifiesta estar alarmado frente a la
situación, “eso es gravísimo, ¡imagínese! Nosotros nos vamos a ver muy
perjudicados, porque para nadie es mentira que el fumador prefiere ir gastando
de a poquito comprando de a un cigarrillo que le cuesta entre 200 y 300 pesos,
que comprar la cajetilla que le cuesta 3000 o 5000 pesos (…) La verdad, no sé
si me acogeré a la ley”. Doña Blanca se acoge a la preocupación de su colega
diciendo “mire, la gente no va a venir a pagar 5000 pesos de totazo, ellos
prefieren pagar de a 200 o 300 pesos”. Pero por otro lado está Don Segundo que
afirma: “¡El gobierno es cómo bruto! Si lo que quieren es que solo se vendan
cajetillas de 20 cigarrillos, no por eso el fumador va a dejar el hábito, ¡al
contrario! El que realmente tenga la costumbre de hacerlo, no lo va a pensar dos
veces para comprarse la caja entera (…) pero donde manda capitán no manda
marinero, ahora solo nos queda esperar a ver qué pasa”.
La ley 1335 de 2009 tiene como objeto principal
proteger a los menores de edad del consumo de tabaco, protección que se dará,
por un lado, exigiendo la mayoría de edad para la venta de cigarrillos y, por
otro lado, mediante la promoción de campañas de salud y educativas. En mi caso,
y me atrevo a generalizar diciendo que seguramente en sus casos también, habrán
tenido una típica charla de colegio en la cual les habrán advertido sobre el
riesgo que el fumar trae, pues seguramente, al igual que a mí, los habrán
avisado y a otros amenazado con que enfermedades respiratorias y la muerte
pueden llegar a ser el resultado de volverse adictos al cigarrillo. Tuve varias
de estas charlas con mis compañeros y la verdad no veo el efecto que esta tuvo
en muchos, es el mismo efecto que no logro percibir cuando dicen prohibir la
venta de alcohol o cigarrillos a menores de edad, pero el Congreso afirma que
con esto el consumo disminuirá y no se atreven a pensar como don Segundo, o como
Eduardo, un joven que afirma: “en realidad lo que eso va a generar es que los
que somos fumadores, al ver que ya no podemos acceder a un solo cigarrillo
optemos por comprar la caja completa, porque no vamos a tener opción”.
Y es entonces que, especulando a partir de
estas opiniones, vemos que la eficacia instrumental no se ve o no se verá por
ningún lado, ya que unos decidirán acatar la ley, pero otros sencillamente
recurrirán a la clandestinidad. Si se quiere cumplir o sacar adelante esta ley,
se necesita más que expedirla o rayar un papel, porque ¿cómo se va a lograr que
un menor de edad no le compre al señor de la tienda una cajetilla, o que aún
mejor opte por ir con un vendedor ambulante? Es verdaderamente un reto lo que
ahora está presente, queda ver solo ahora cómo lo habrá de afrontar el país.
Laura Salcedo
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